Los proyectos de terror más terroríficos de todos los tiempos
y su sorprendente final feliz
Algunos proyectos son tan terroríficos que hasta Drácula palidecería al pensar en ellos. Aunque los buenos proyectos hacen la vida más fácil, también los hay que han pasado a los libros de historia no como historias de éxito, sino como verdaderas pesadillas de gestión de proyectos. He aquí algunos proyectos que muestran lo rápido que las visiones pueden convertirse en monstruos.
La terminal de equipajes perdidos
Terminal 5 de Heathrow
La visión de British Airways era clara: la Terminal 5 de Heathrow debía ser la más moderna de Europa y garantizar un tráfico fluido. Y, efectivamente, tras años de construcción, la terminal se inauguró según lo previsto en 2008, e incluso el proyecto estuvo a punto de salirse del presupuesto. Pero en lugar de regocijo, siguió el caos. Los sistemas de equipaje fallaron de inmediato, los pasajeros tuvieron que esperar durante horas y más de 30.000 maletas desaparecieron en el vacío. Pasaron meses antes de que la terminal fuera siquiera medianamente funcional, ya que el sistema de equipajes estaba muy automatizado y era muy complejo. El proyecto de escaparate se convirtió en un escenario de pesadilla e incluso fue retransmitido en directo por televisión. Sin embargo, tras la caótica inauguración, British Airways aprendió rápidamente. Hoy, la Terminal 5 es una de las terminales de aeropuerto más eficientes de Europa. Los sistemas de automatización son estables, la respuesta de los pasajeros es positiva y los fallos iniciales se han convertido en valiosas lecciones aprendidas para todo el sector.
El espejo del horror
Telescopio espacial Hubble
El telescopio espacial Hubble iba a convertirse en el mejor telescopio de todos los tiempos y a proporcionarnos una visión completamente nueva del universo. Fue lanzado al espacio el 24 de abril de 1990. Pocas semanas después, emitió las primeras imágenes desde una órbita de unos 540 kilómetros. Pero entonces llegó el shock, porque las imágenes eran borrosas. Resultó que la lente se había rectificado incorrectamente en 2,2 micrómetros. Un pequeño error con consecuencias fatales. El proyecto de mil millones de euros se convirtió en una broma cósmica. Sólo una arriesgada misión del transbordador en 1993 pudo rectificar el error y salvar el Hubble, de modo que ahora el telescopio transmite imágenes nítidas y espectaculares. Tras esta reparación, el Hubble se convirtió en una sensación científica. Revolucionó nuestra comprensión del universo, hizo posibles innumerables descubrimientos y sentó las bases del telescopio James Webb.
El impresor que veía fantasmas
Xerox WorkCentre
Pero incluso los proyectos que inicialmente parecen muy seguros pueden tener consecuencias fatales. Esto es lo que ocurrió con el Xerox WorkCentre. Este innovador dispositivo multifunción se diseñó para procesar automáticamente grandes volúmenes de documentos y reducir eficazmente el tamaño de las imágenes escaneadas antes de imprimirlas, reconociendo y sustituyendo los patrones recurrentes. A principios de la década de 2010, Xerox WorkCentre saltó a los titulares con esta maravilla técnica. Años más tarde, el producto resultó ser una pesadilla, ya que el dispositivo «alucinaba» con los números de los documentos. A menudo, un 6 o un 0 se convertían de repente en un 8. La causa era el célebre algoritmo de compresión de la impresora. Éste encontraba patrones visualmente similares en los números, guardaba uno de los símbolos y sustituía los caracteres similares por éste para ahorrar memoria y acelerar el procesamiento. El gran problema era que las copias defectuosas parecían visualmente perfectas y el error podía pasar desapercibido durante años. Esto era especialmente peligroso con dibujos técnicos o planos de construcción que de repente mostraban dimensiones incorrectas, así como con documentos médicos, en contabilidad o con contratos legales, es decir, en ámbitos en los que una cifra incorrecta podía costar millones o incluso la vida de personas. Tras descubrirse el problema, Xerox publicó actualizaciones de software que corrigieron rápidamente la compresión. Esto permitió que el aparato siguiera utilizándose.
La danza de los puentes que caen
Pasarela del Hyatt Regency
Hubo consecuencias mucho más trágicas en el Hotel Hyatt Regency de Kansas City. Inaugurado en 1981, era un elegante hotel con un llamativo vestíbulo y espectaculares pasarelas flotantes, una experiencia de diseño especial para los visitantes. Pero apenas un año después de su apertura, ocurrió lo impensable durante un baile multitudinario: dos de las pasarelas flotantes se derrumbaron. 114 personas perdieron la vida y más de 200 resultaron heridas. La causa fue un asunto aparentemente menor: un cambio de diseño en la suspensión de los puentes redujo a la mitad la capacidad de carga sin que nadie lo comprobara debidamente. El célebre logro arquitectónico se convirtió en un desastre en directo. Tras esta tragedia, se endurecieron drásticamente las directrices de construcción e ingeniería en EEUU y se dotó a los ingenieros civiles de nuevos procedimientos de inspección, de modo que ahora los cambios en los proyectos deben recalcularse, documentarse y aprobarse siempre.
El musical maldito
Spider-Man: Apaga la oscuridad
Muchos de los conocidos proyectos de terror tienen que ver con edificios o urbanizaciones, pero éste tenía que ver con un éxito de Broadway planeado con superhéroes, música de U2 y acrobacias impresionantes. Sin embargo, durante la realización quedó claro que se estaban poniendo expectativas poco realistas en el proyecto y que demasiados responsables tenían sus dedos metidos en el pastel. Hubo que interrumpir los ensayos varias veces, los artistas resultaron heridos durante las arriesgadas escenas de vuelo y los costes se dispararon hasta superar los 75 millones de dólares, un récord para un espectáculo de Broadway. Tras interminables aplazamientos, el musical celebró por fin su estreno, sólo para ser destrozado por la crítica. A pesar de las desastrosas críticas, el musical se representó en Broadway durante más de tres años y recaudó más de 200 millones de dólares. Un nuevo récord para el supuesto fiasco. Más tarde se utilizó como lección sobre gestión de la seguridad, cultura del riesgo y control creativo en el negocio del teatro.
El Fantasma de la Ópera
Ópera de Sidney
La Ópera de Sydney iba a ser una obra maestra arquitectónica para la eternidad. Debía realizarse en 7 años con un coste de 7 millones de dólares. Pero nada más empezar, empezaron a acumularse los problemas: problemas técnicos, disputas políticas, cambios constantes en los planos. La planificación temporal y presupuestaria se descontroló por completo. Tras 14 años de construcción y más de 100 millones de dólares, el arquitecto dimitió. Se dice que nunca volvió a pisar Australia. El teatro de la ópera se convirtió rápidamente en el hazmerreír nacional, antes de convertirse décadas después en un monumento de fama mundial. La otrora vergüenza nacional es ahora sinónimo de Sídney y Australia, e incluso ha sido reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Su espectacular arquitectura ha inspirado a generaciones de diseñadores y arquitectos y genera millones en turismo cada año.
La misión a ninguna parte
Orbitador climático de Marte
El Mars Climate Obiter era un satélite de 327 millones de dólares diseñado para estudiar el clima y la atmósfera de Marte. Desde el lanzamiento, todo fue según lo previsto durante semanas hasta que el satélite giró hacia la órbita de Marte. La emoción era grande hasta que, de repente, sólo hubo silencio de radio. Resultó que la sonda se había quemado antes incluso de entrar en órbita. La investigación posterior demostró que no se trataba de un fallo técnico, sino de un error de comunicación entre dos equipos. El equipo de desarrollo responsable del software de navegación calculaba en unidades imperiales, mientras que el equipo de navegación de la Nasa lo hacía en unidades métricas. En lugar de volar a una altitud de 150 kilómetros, el satélite llegó a 57 kilómetros del planeta y se quemó. La verdadera tragedia: el error era medible desde hacía meses, pero nadie lo había cuestionado abiertamente.
La obra maestra maldita
Puerta del Cielo
Pero Hollywood tampoco se libra de los proyectos de terror. La Puerta del Cielo iba a ser un western épico del oscarizado Michael Cimino y un triunfo para United Artists. Desgraciadamente, el proyecto fue víctima de la expansión. Los interminables reshoots, la excesiva atención al detalle y un director sin límites hicieron que el presupuesto se disparara. En lugar de 12 millones, la película costó más de 40 millones, y el rodaje duró varios meses más de lo previsto. Al final, la película fracasó en taquilla. La Puerta del Cielo arruinó al estudio United Artists y, por tanto, hundió carreras y finanzas. Sin embargo, la película se considera ahora un clásico de culto. Las versiones restauradas se exhiben en festivales y son celebradas por los críticos como una obra maestra incomprendida. Su catástrofe provocó cambios estructurales en Hollywood: los estudios empezaron a tomarse en serio el control presupuestario y la gestión de la producción.
El gigante con cuerdas nerviosas demasiado cortas
Airbus A380
El Airbus A380 iba a ser el avión de pasajeros más grande del mundo. Un proyecto de prestigio que debía ser tecnológicamente puntero, lujoso y eficiente al mismo tiempo. Airbus desarrolló el A380 simultáneamente en varios centros europeos, por ejemplo en Toulouse, Hamburgo y Broughton. Sin embargo, esta colaboración internacional trajo consigo dificultades en términos de integración digital, que al principio pasaron desapercibidas. Los distintos centros utilizaban versiones diferentes del mismo software CATIA CAD. El resultado fueron mazos de cables eléctricos que encajaban perfectamente en los modelos digitales, pero eran demasiado cortos en el avión real porque las coordenadas, los radios de curvatura y las posiciones de los componentes estaban mal sincronizados. El resultado fueron retrasos de más de dos años y una explosión de costes de varios miles de millones de euros, ya que hubo que recablear segmentos enteros del fuselaje. La obra maestra técnica fracasó inicialmente debido a errores organizativos. El público se burló, los clientes cancelaron los pedidos y el proyecto amenazó con derrumbarse. Sin embargo, tras reestructurarse e introducir sistemas estandarizados, Airbus pudo finalmente entregar el A380. Los proyectos posteriores, como el desarrollo del sucesor A350, se beneficiaron enormemente de los sistemas de diseño ahora estandarizados y funcionaron mucho mejor.
Conclusión
Estos proyectos de terror tienen algo en común: empezaron con buenas intenciones y objetivos ambiciosos, pero acabaron en el caos debido a decisiones equivocadas, excesos presupuestarios, mala planificación o falta de comunicación. Sin embargo, también demuestran que incluso algunos de los peores monstruos de los proyectos se han convertido en símbolos de innovación, perseverancia y aprendizaje en retrospectiva, porque cada fracaso deja su huella, pero también valiosas percepciones.
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